CONSEJO DEL DIA



jueves, 2 de junio de 2011

UN POCO DE MI...

2da Parte!


De la oscuridad a la luz…
Empecé un proyecto personal de empresa y me enfoque en crecer en algo que me perteneciera, como todos quienes se lanzan al mundo de la independencia, experimenté situaciones difíciles. Fue en este tiempo en que Dios trabajo más arduamente por mí y por darme mil señales, aunque dolorosas; así lo hizo.

Atravesé una crisis empresarial muy fuerte lo que hizo que me acercara a aprender lo que nunca pensé llegar a estudiar: magia, santería, ciencias oscuras; puse toda mi fe en eso, quería que Dios se diera cuenta que yo no estaba dispuesta a aceptar mis dones y que tenía la libertad de hacer lo que para mí era correcto.

Conocí la oscuridad de la mano misma del diablo; me envolví en un mundo de tristeza desolación e intranquilidad y aunque me sentí  atrapada en esos momentos yo creí sentirme a gusto.  Justo cuando sentía tener el mundo en mis manos llego otra prueba: una carta de un juzgado, me estaban demandando.

Era un caso delicado, tuve que cerrar mi empresa, doblegar mis egos y el fracaso me llevo a una tristeza inmensa, a un dolor inexplicable y por ende a una baja de autoestima muy grande, sentí que mi vida no tenía sentido y me refugie en el día a día, sin retos sin metas.

Al pasar el tiempo me reencontré con una vieja amiga con la cual tuve la oportunidad de compartir recuerdos, momentos maravillosos fue una larga conversación ella conocía de mi cercanía con temas psíquicos y de alguna de las percepciones con las que yo crecí, entonces me hablo de un conocido que tenía ciertos dones de canalización y de inmediato le pedí que me pusiera en contacto  con él. 

Días después Visito mi casa esta persona tomo una hoja un bolígrafo y empezó a escribir, dentro de sus escritos me decía que había canalizado un guía espiritual y que le decía sobre los éxitos que veía para mí, que debía reponerme y continuar, él me dio la confianza de contarle mis experiencias del pasado, de los dones de mi familia de los momentos vividos.

En medio de la conversación me dijo que cerrara mis ojos para ver qué podía hacer. Yo respire, cerré mis ojos y el mundo se detuvo en ese momento; eran exactamente las dos de la tarde y abrí mis ojos a las 6pm,  para mí solo habían pasado cinco minutos.

Vi tantas cosas, de mi vida, tantos recuerdos de infancia; me vi en otras vidas, en una casa grande rodeada de una familia que me hacía sentir muy feliz en mi corazón y con sinceridad jamás había sentido tal poder del amor en mi corazón.

Lo más fuerte que me paso fue ver a un ser alto, hermoso que se sentó junto a mi en un sofá grande antiguo, me llamo, yo me senté en el piso y recosté mi cabeza sobre sus piernas; mi corazón se quería salir de la emoción, él no me decía nada pero yo me sentía acogida, amada en paz, no podía dejar de mirarle, no quería que ese momento terminara jamás.

Luego él se levanto y se puso en la ventana me hizo una seña para que me acercara.  Mientras caminaba a la ventana veía lo hermosa que era esa propiedad; cuando llegue, él  me tomo la mano y dos alas se abrieron de su espalda,  la luz del sol entro como un rayo y lo vistió de claridad;  todo cambio en ese momento, no había casa, no había ventana , solo él y yo . Fue algo, realmente mágico.

Al ver la magnificencia de ese momento sabia q era un Ángel, pero nunca había sentido lo que en ese momento sentí, aquel hermoso ser, solo emanaba respeto para mi, por eso sin ningún problema  me arrodille ante él, y  con una ternura inexplicable me tomo de los brazos y me levanto. Escuchar su voz por primera vez, fue otra de las grandes emociones de ese momento, “no tienes porque arrodillarte, este tipo de manifestaciones es solo para DIOS” me dijo en un tono muy dulce.

Además, continúo diciéndome: “yo solo soy un mensajero de Dios que he llegado para ayudarte a entender quién eres y qué misión tienes  en la tierra” Su mensaje no podía ser más acertado y oportuno.  Llego cuando yo más lo necesitaba, entendí que Dios tenía un plan para mí y era cambiar los corazones de las personas, llenarlos de energía y acercarlos a su palabra a través  de la oración.

Recuerdo que me dijo que la oscuridad había entrado en mi vida y que debía pedir perdón, yo en ese momento lloraba,  hablaba  con Dios, me culpaba y le pedía mucho perdón. Le explicaba también que mis ojos vieron cosas terribles y que en verdad me sentía arrepentida...

Continuará...

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