CONSEJO DEL DIA



martes, 20 de diciembre de 2011

Todos los 21 de diciembre de todos los años desde hace más de 2000 años, viene el Ángel de la Navidad.

Es el ángel que acompañó a Gabriel para anunciar la llegada del Salvador del mundo.

Es el ángel que se quedó en aquellos días para cuidar y guiar a los pastores que fueron a adorar al Mesías.
El día 21 de diciembre es el momento de preparar y llenar de luz nuestro hogar para la conmemoración más importante celebrada el 24, en la nochebuena.

Porque son 3 días antes y 3 días después mas el día del nacimiento nos da 7, que es el número de la luz, el número de Dios, en que debemos estar en armonía con nosotros mismos, con nuestros semejantes y con la creación toda, en actitud de recogimiento y agradecimiento a Dios por enviar a su Hijo para redimirnos.

El día 21 de diciembre se celebra la llegada de una esfera de luz en los cielos, anunciando un hecho divino en la tierra. Esa luz, ese cometa, como quieran llamarlo, fue el Ángel de la Navidad.

Ese día se hace o se compra pan dulce, caramelos, chocolates, masitas dulces y se prepara una mesa con figuras de ángeles, adornada como para una fiesta, con velitas doradas o blancas. Y se invita a todos los niños que uno conozca y quiera compartir con ellos ese agasajo particular. También se preparan los regalos para hacer el día de navidad.

* La preparación de la casa: en el aspecto espiritual se hace de la siguiente manera; se compra incienso en grano de buena calidad y carbón vegetal. Luego de limpiar y ordenar la casa para la fiesta de los dulces, se encienden al rojo, los carboncitos.

Se colocan en un recipiente con mango y se le va echando de a poco el incienso, esto produce bastante humo de muy agradable fragancia. Hay quienes le agregan algunas sustancias con diferentes perfumes florales o frutales.

Eso depende del gusto de cada uno, como así también pueden encender varillas de sahumerios con las fragancias citadas, como por ejemplo con olor a rosas, jazmín, manzana, limón, mandarina, naranjas, violetas, etc.

Es importante cuando el incienso comience a esparcirse, caminar por toda la casa llevando el recipiente con el incienso para que el humo penetre por todos los rincones del hogar.
Luego debe abrirse por unos minutos las puertas y ventanas para que salga todo el humo del interior. Una vez que el aire se ha limpiado puede volverse a cerrar nuevamente.
Debe hacerse de día, antes de las siete de la tarde. De esta manera limpiamos la casa de restos energéticos negativos y elevamos junto con el humo una oración para bendición del hogar.

La oración es la siguiente:
A tí, Dios Padre Omnipotente, rendidamente pedimos que bendigas nuestra  entrada y permanencia en esta casa y te dignes santificarla así como quisiste
bendecid la casa de Abraham y de Jacob, e hiciste habitar entre sus paredes  a tus santos ángeles. Asimismo haz que guarden bien y defiendan a los habitantes
de esta casa de toda alma mala, nuestro cuerpo defiendan de cualquier maleficio de Satán y sus satélites.
Da, Señor, a esta casa la abundancia de virtud celeste y la multitud de dichas de esta tierra.
Por Jesucristo Nuestro Señor.” Amén

Después se pueden encender velas blancas bendecidas y dejarlas hasta que se consuman.

Adorna tu casa con la figura de un ángel guardián y regala los caramelos, los dulces o los panes que preparaste o compraste.
 Si se desea puede también hacerse esta limpieza espiritual
del hogar el día 24 de diciembre antes de las siete de la tarde.
enviado por María Sedano
mil bendiciones
susana alvarez

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